
Me sonroja decir que fui timada porque equivale a decir que soy bien tonta. Pero lo cuento para advertir a otros incautos como yo.
El sábado 13 de este mes fui con mi esposo y mi hija a la librería Rosario Castellanos del FCE en la colonia Condesa. Caminábamos por el lado en que hay grandes vidrieras. Me detuve a ver un libro y mis acompañantes siguieron adelante, pues les urgía ver si habían llegado nuevos Moleskines.
Noté que alguien les mostró un folleto o algo, pero hicieron caso omiso y entraron a la librería. Me apresuré para alcanzarlos, y el tipo del folleto se me acercó diciéndome que si no me interesaría ir al teatro; se presentó diciendo que su nombre era Pedro Schneider y que era el director de la obra, y que comprando los boletos con él salían a 2 x 1, ya que en taquilla los vendían a 100 pesos. Es decir, la oferta era a 50 pesos el boleto.
Me mostró su credencial de elector, que yo apenas miré, porque de inmediato confié en el tipo, en su soltura, en su rollo teatrero.
Me dijo que la obra se llamaba 'Preciosuras', que él había mandado imprimir los "cartelitos" (ver foto), y que con su firma en la parte trasera podríamos entrar cualquier sábado, ya sea ese mismo día o cualquiera de los cinco siguientes. Me dijo que la obra se estaba presentando en el teatro La Capilla y me dio el horario. También me habló de la obra: "trata de cinco mujeres que están en terapia de grupo y está contada en un tono festivo y dramático a la vez", o algo así me dijo.
El "director" alias Pedro Schneider tendrá unos 50 años, tiene bigote y, como señalé, muy rollero.
Lástima que no le tomé una foto, pero estuve a punto de pedirle su autógrafo.
Pensé que qué buena onda que fuera el mismo director quien anduviera difundiendo su obra y pasando el sábado de pie fuera de la librería abordando a posibles amantes del teatro.
Tras todo el rollo, le dije que se lo comentaría a mi esposo, porque yo no llevaba arriba de cinco pesos (lo cual es cierto).
En cuanto me vio entrar a la librería, mi esposo me preguntó que si me había dejado atrapar por el del teatro, porque cuando les preguntaron a ellos, él afirmó categóricamente que el teatro no le interesaba. Entonces le dije que sonaba bien eso de la obra y que el teatro en México suele ser muy caro, y que estos boletos sólo costaban cien pesos y que podríamos ir el siguiente sábado a pasear a Coyoacán y rematar con la obra Preciosuras.
Mi esposo siempre es gentil conmigo y aceptó de buena gana mi propuesta.
Compraron los Moleskines y salimos presurosos por nuestros boletos. El tal Pedro Schneider se tiró un rollo aún más largo. Se le veía animado y volvió a sacar su credencial de elector, que nuevamente nadie observó con detenimiento. Mi esposo confiaba en mi buen juicio.
Finalmente pagamos los cien pesos y nos dio el papelito en donde escribió "Cortesía para dos personas" y firmó con caligrafía de kinder.
Debo decir también que sí llegué a tener mis dudas. Pensé que tal vez todo era un fraude, aunque realmente no lo creía.
Nos despedimos con gran camaradería y dábamos los primeros pasos, cuando se le acercó un chavo que lo llamó 'Pedro'. Pensé para mí: "Anda, yo desconfiando, y este cuate debe de ser un alumno u otro actor universitario".
Transcurrieron el domingo, el lunes, y el martes le conté a una amiga que el sábado iríamos mi marido y yo al teatro y la manera en que había comprado los boletos. Le comenté en broma que a lo mejor era un timo.
Al llegar a casa, la idea del timo se había instalado ligeramente, por lo que decidí buscar en Google a Pedro Schneider. Y allí me topé con una denuncia pública de otra timada que también había comprado boletos para 'Preciosuras' http://identi.ca/notice/54968397 . Supongo que no acababa de creerme que me habían engañado de forma tan redonda, así que busqué la programación del teatro La Capilla. No hay ninguna obra en cartelera que se llame Preciosuras y la única información de un nombre tan de director de teatro como 'Pedro Schneider' es la de la denuncia pública.
Fui estafada y robada. Sin embargo, debo darle gracias a Dios de que no sufrimos un asalto grosero, violento y traumático, sino con clase, una estafa inteligente. Pedro Schneider se ganó sus cien pesos a pulso, y nosotros nos alejamos de él perfectamente tranquilos y sonrientes.