Galería de Hiperbreves
Fui al remate de libros en el Auditorio Nacional y, entre otros, compré un libro que hace tiempo deseaba y no encontraba en librería: Galería de hiperbreves. Nuevos relatos mínimos. Edición de Círculo Cultural Faroni, Tusquets Editores.Estuve encantada en el remate, pues prácticamente todos los libros de Tusquets (generalmente caros) estaban a 50 y algunos a 30 pesos. No pude ver los que ofrecían otras editoriales, pues se me acabó el dinero en esta sola editorial.Gracias a Alberto Chimal supe hace tiempo de Ana María Shua, una escritora argentina cuyos cuentos hiperbreves o ultracortos o minificciones (o como gusten llamar a estos relatos de una extensión máxima de 15 a 20 líneas) son fascinantes.
Alberto Chimal
Como señala Cecilia Eudave, al leer un minicuento "uno recibe esa dosis de gozo que trae consigo la audacia de lograr, en pocas líneas, la sensación de ser seducido por el contacto próximo de una situación, de un sentimiento, de una anécdota, de un suceso, de una confesión, de la deconstrucción de un mito, de una parábola, de una fábula o leyenda, que con creatividad ilimitada, nos invita a penetrar ese mundo de ficción donde -aun en la brevedad, o gracias a ella- todo es posible" http://www.literaturas.com/eudave.htm. Ahora Ana María Shua es ultraconocida, al menos para los amantes de la minificción, pero los autores de los relatos mínimos del libro en cuestión son, creo, casi desconocidos en México. Por ello quiero dedicar esta entrada a algunos de los que más me gustaron.
Ana María Shua
Hipnotizado
Estoy segura de que toda nuestra desgracia ha sido por culpa de la televisión. Mire que se lo dije: Pepe, ¿no ves que el programa ese es una chorrada con azafatas de celofán? Pero él a lo suyo, ni caso. Que si era una oportunidad pintada para estar en un plató, que si sería divertido, que si veríamos de cerca el espectáculo del famoso hipnotizador Hiduín... En fin, una lista de supuestas gozadas que cada vez me confirmaban más su ilusión colegial. Claro, no podía decirle que no, y ya ve cómo estamos. En su afán antiguo de salir por la pantalla de marras va y se presenta voluntario para ser hipnotizado por el "gran" Hiduín. Yo le susurraba que no hiciese el ridículo, pero estaba imparable. El tipo le durmió en un santiamén con su voz aterciopelada de flexión rocambolesca, y pronunció aquello de "al contar tres despertará y será usted un dulce niño de dos años". Ya puede imaginarse el gatuperio que se armó entre los aplausos del público y los lloros de mi marido correteando y llamando a su "mamá". Y en eso que el Hiduín empieza a tambalearse y cae al suelo ante nuestro asombro. Calma, nos dicen, no es nada, un ataque al corazón... Y al final suspenden la grabación y dejan a mi Pepe así, sin que nadie sepa deshacer el entuerto. Y yo me pregunto, doctor, ¿cómo le digo a nuestro hijo que comparta los juguetes con su padre?
Diego Prado
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El globo
Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño.
Miguel Saiz Álvarez
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Despertar
Despertó cansado, como todos los días. Se sentía como si un tren le hubiese pasado por encima.
Abrió un ojo y no vio nada. Abrió el otro y vio las vías.
Norberto Costa
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La última cena
El conde me ha invitado a su castillo. Naturalmente yo llevaré la bebida.
Ángel García Galiano