sábado, 5 de febrero de 2011

Kurt Vonnegut (1922-2007)


El año pasado leí Dios le bendiga, Mr. Rosewater, de Kurt Vonnegut, Jr. Ignoro por qué en otros títulos suprimen el junior.
Para mí, es una crítica feroz de la sociedad norteamericana, así que me encantó. La novela desmiente el dicho "De tal palo, tal astilla", o, como dirían los gringos: "Like father, like son". Aunque quizá sea solamente una excepción a la regla, o tal vez de tal padre sólo podía esperarse un hijo como Eliot Rosewater.

Es muy probable que esta novela no se consiga nueva. Yo la compré a 18 pesos en una librería de viejo hará un par de años.

El párrafo que les comparto habla de una novela titulada 2BRO2B, de un escritor ficticio llamado Kilgore Trout
http://en.wikipedia.org/wiki/Kilgore_Trout , a quien el protagonista —Eliot Rosewater— considera el mejor escritor de su tiempo.



Todas las enfermedades graves estaban conquistadas. La muerte era, por tanto, voluntaria, y el gobierno, para animar a los voluntarios, construía un Salón del Suicidio Ético con tejado púrpura en todas las plazas mayores, junto a bares de un tal Howard Johnson, con tejado naranja. Había bonitas camareras en el salón, gentes que atendían a los visitantes voluntarios y una elección de catorce modos de morir sin dolor. Sus Salones de Suicidio estaban siempre llenos, porque había demasiadas personas sin interés por vivir y porque se suponía que la muerte era algo generoso y patriótico. Los suicidas recibían también una última comida gratis en el bar vecino.
Etcétera. Trout tenía una maravillosa imaginación.
Uno de los personajes preguntaba a una camarera de la muerte si él iría al cielo, y ella le decía que claro que sí. Preguntaba él si vería a Dios, y ella decía:
—Naturalmente, encanto.
—Así lo espero. Quiero preguntarle algo que nunca pude averiguar aquí.
—¿Qué es? —decía ella.
—¿Para qué demonios existe el hombre?



Kurt Vonnegut jugando con su perro.

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