sábado, 4 de diciembre de 2010

De Juan Villoro en El disparo de argón


Juan Villoro.


Hace varios años leí El disparo de argón, de Juan Villoro. Hoy me encontré una tarjeta con unas frases que copié de esta novela.

La que habla de la lectura la recuerdo casi cada vez que leo un libro. Se las comparto.


Soy un lector bastante pobre pero como cualquiera he sentido la sorpresa de no ver las palabras. Si todo marcha, veo imágenes e ignoro los renglones de tinta, los puntos, las comas; si algo falla, vuelvo a las páginas numeradas, al papel que cada vez es de peor calidad. Quizá esto me asombra más como oftalmólogo que como lector. La cartilla de lectura que coloco frente a mis pacientes es un ejercicio de vista porque no dice nada; en cambio, lo mejor de la lectura es la magia que borra las letras y hace visibles otras cosas (pp. 328-329).


Quizá por eso me entusiasmaron las clases de Antonio Suárez, para quien la sabiduría consistía en descubrir, cada vez con mayor precisión, la medida de la ignorancia (p. 33).


Alguna vez Suárez me dijo que los palacios de la India tenían defectos intencionales para no suscitar la envidia de los dioses (p. 41).


2 comentarios:

  1. Gran libro. Las citas que rescatas eran justo del estilo que buscaba. A mi me gusta mucho como a lo largo de la novela el protagonista va cambiando su mirada. Al inicio, cuando esta solo y proscrito del circulo del doctor Suárez la ciudad de México esta bañada de desencanto y crudeza, y cuando se enamora y se involucra en la búsqueda y el lado oscuro del hospital la ciudad es mirada de otra manera, con pequeños defectos para no provocar envidia de los dioses.

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  2. Ya no recuerdo con detalle la novela, pero tu comentario es muy interesante. Creo que no noté lo que señalas cuando la leí.
    Te respondo como anónima, debido a un problema técnico en el blog.
    ¡Gracias, Castor!

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