lunes, 20 de diciembre de 2010

Dora Carrington a Lytton Strachey


Dora Carrington y Lytton Strachey.




Leo en la solapa que Alberto Manguel vive actualmente en la campiña francesa, en una casa que dispone de una inmensa biblioteca.




Alberto Manguel ha seleccionado una serie de textos amorosos de muy diversos autores en su libro Breve tratado de la pasión, publicado por editorial Lumen en 2008.




De esas cien cartas, poemas o notas que conforman el libro, mi predilecta es, sin duda, la número 100, que les comparto.


Dora Carrington a Lytton Strachey
(después de su muerte)

Dicen que tenemos que mantener nuestras pautas y nuestros valores vivos. Pero ¿cómo voy a poder yo, si solo los conservaba por ti? Todo era por ti. Amaba la vida únicamente porque tú la hacías tan perfecta; y ahora ya no queda nadie con quien contarse chistes o hablar de Racine y de Moliere, de planes, de trabajo y de la gente.

Soñé otra vez contigo la otra noche. Y cuando me desperté fue como si acabaras de morir. Cada día lo encuentro más difícil de soportar, pues ¿para qué vivir ahora? Echo un vistazo a nuestros libros preferidos e intento leerlos, pero sin ti no me dan ningún placer. Me acuerdo solo de las noches en las que tú me los leías en voz alta, y entonces lloro. Me siento como si hubiéramos almacenado todo nuestro trigo en un granero para hacer pan y cerveza el resto de nuestras vidas, y el granero hubiese ardido hasta los cimientos, y nosotros contempláramos las ruinas carbonizadas, de pie, una mañana de invierno. Pues en esta habitación estaba la cosecha de nuestra vida juntos. Toda nuestra felicidad estaba sobre ese fuego y con esos libros. Con Voltaire bendiciéndonos, la mano alzada sobre el muro... Es imposible concebir que nunca más me sentaré contigo y escucharé tu risa. Que cada día del resto de mi vida tú no estarás.

[Lytton Strachey murió en enero de 1932 y Dora Carrington se suicidó en marzo de ese mismo año.]

[De los Diarios, 12-17 de febrero de 1932, traducción de Vicenc Tuset.]



Lytton Strachey pintado por Dora Carrington en 1916.



4 comentarios:

  1. Querida Blanca:
    Desconozco esta obra, pero por esta carta que has seleccionado este "Breve tratado de la pasión" vale la pena. Sencillamente hermosa y dolorosa.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Sí, me partió el corazón, y eso que ya había visto la película, pero ignoraba la existencia de este escrito.
    Cuando gustes te lo presto, Maru :)
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Celebro el extracto Carrington-Manguel. Llegué aquí buscando más textos de los "Diarios".
    Recomiendo ampliamente (casi a título de suplica) la lectura del "Breve tratado de la pasión". Tratado construido y apologado por la fina antología más que por el texto del propio Alberto Manguel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, Massimo. A mí también me encantaría leer los "Diarios".
      Por cierto, escribes con suma elegancia.

      Eliminar

comenta