domingo, 27 de septiembre de 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson


Cuando oigo hablar de un bestseller o lo veo inundar los escaparates de todas las librerías, me entra una cierta desconfianza. ¿Será realmente bueno el libro o es sólo un éxito de marketing?

En el caso de la trilogía Millennium, me encontraba los títulos (los dos primeros) en correos que recibo de La Casa del Libro, en catálogos virtuales y cuando iba a las librerías. Me llamaba la atención particularmente el título del segundo volumen: La chica que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina. Me preguntaba qué podría contener una novela con este título. Después comencé a fijarme en el nombre del autor: Stieg Larsson. Al principio creí que era una escritora. Un día tomé un ejemplar para ver el precio ($348 en la Gandhi), y me dije que leerlo por curiosidad me saldría caro. Y así quedó todo, hasta que leí en un blog un artículo de Vargas Llosa en que llena de elogios la trilogía de Stieg Larsson. Entonces sí me entraron ganas de leerla y compré Los hombres que no amaban a las mujeres. Lo leí de un tirón. Al cerrar el libro, me urgía (casi como una droga) leer la segunda parte.

Las buenas novelas policíacas son así: te atrapan desde el inicio y ya no las puedes soltar. Hoy comenzaré a leer La chica que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina.

Supongo que en toda novela policíaca hay un misterio a resolver, crímenes, suspenso y uno (o más) personajes inteligentes (suelen ser un detective o un policía) que descubren el secreto o resuelven el enigma. Sin embargo, es la primera vez que leo una novela de este tipo en que la que investiga y resuelve casi sola el asunto es una mujer, o, más bien, una jovencita.
Soy una lectora reciente del género policíaco. Me encanta Simenon, aunque hasta hoy no he leído ninguna novela suya en que aparezca Maigret, por lo que supongo que las que he leído son más bien de tipo psicológico, como las de Patricia Highsmith, que es una maestra en esa mezcla de género policíaco-psicológico. (Pido disculpas si digo burradas en cuanto a clasificar el género de estas novelas). También he devorado varias novelas de Henning Mankell, y leí El psicoanalista, de John Katzenbach, que no sé realmente a qué genero pertenece (pero me encantó), lo mismo que El asesino dentro de mí, de Jim Thompson, que conseguí recientemente después de buscarla por años en librerías de viejo.

Por razones obvias (bueno, al menos a mí me parecen obvias), no quiero contar nada de la trama, pero sí señalar que estoy fascinada (como muchos) por Lisbeth Salander, quien me parece es el verdadero enigma o misterio de esta novela. ¿Quién es ella? ¿Qué hay en su pasado? ¿Por qué es tan huraña y reacia a hablar de sí misma?

Después de leer el artículo de Vargas Llosa, busqué información sobre Stieg Larsson, y lo que leí acerca de él me dejó completamente atónita.

Copio y pego resumida la información que obtuve de él en Google.

Stieg Larsson —periodista de investigación, como su personaje Mikael Blomkvist— falleció el 9 de noviembre de 2004, a los 50 años, de un ataque al corazón, días después de haber entregado a su editor el tercer volumen de la serie, La reina en el palacio de las corrientes de aire, y poco antes de que se publicara el primero (Los hombres que no amaban a las mujeres). No llegó a ver publicada la obra que le llevaría a la fama.

4 comentarios:

  1. Muy interesante y a mi me encantan esos libros que nomas no quieres soltar, lo quiero leer también!!!

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  2. Yo, como tú Blanca, estoy leyendo la trilogía de Larsson, afortunadamente me los han prestado, son tres ladrillos que no puedes parar de leer. Obviamente ya soy fan de Lisbeth Salander. Que bien que la versión cinematográfica sea sueca!!!
    Marta Nualart

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  3. Pues ya podemos formar un club de admiradoras de Salander :D
    Esa película sueca fue la que vio Vargas Llosa y de ahí pasó al libro. Y sí, qué bueno que llegó primero la versión sueca, pues por ahí leí que los gringos también compraron los derechos para filmarla :(
    Sea como sea, tras la lectura de los tres ladrillos, no se me antoja ver el primero convertido en una historia de 2-3 horas de duración. Además, la Salander que imaginé no se parece a la de los cortos que vi en you tube.
    Si la ves, luego me cuentas.

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